Sagrado Manto de San José
¿Qué es el Sagrado Manto en honor de San José?
La reza del Sagrado Manto es un particular homenaje dedicado a San José para honrar a su persona y para merecer su protección. Se aconseja rezar estas oraciones por treinta días consecutivos, en memoria de los treinta años de vida vividos por San José en compañía de Jesús Cristo, el Hijo de Dios. Es incontables las gracias que se obtiene de Dios, recurriendo a San José. Para propiciar más fácilmente su auxilio, sin embargo, es bueno acompañar estas oraciones con la promesa de una oferta para honrar San José. Es bueno confesarse, participar en la Santa Misa y recibir diariamente la Santa Comunión. Otro es recordar piadosamente las almas del purgatorio rezando y sacrificándose por ellas, para aligerarlas y liberarlas de sus penas. Con la misma solicitud con que nosotros enjugamos las lágrimas de los pobres que necesitan ayuda, podemos esperar que San José enjugará nuestras lágrimas. Será así que el manto de su protección se extenderá piadosamente sobre nosotros y nos será de válida defensa contra todos los peligros, para que podamos llegar todos con la gracia del Señor al puerto de la eterna salvación. |
San José nos sonríe favorablemente y siempre nos bendice.
San José, consolador de los afligidos, ¡ruega por nosotros! |
Sagrado Manto de San José
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!
Jesús, María y José, les doy mi corazón y mi alma.
(Se reza 3 Glorias a la Santísima Trinidad, dándole gracias por haber levantado a San José a una dignidad excepcional)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era un principio por los siglos de los siglos. Amén
I
Oh Glorioso Patriarca San José, aquí estoy yo, humildemente postrado ante ti. Te ofrezco este Manto precioso, mientras que prometo mis más sincera y fiel devoción. Todo aquello que yo pueda hacer para honrarte a lo largo de mi vida, me propongo hacerlo para probar mi amor por ti.
Ayúdame, San José. Asísteme ahora y durante toda mi vida, pero especialmente en el momento de mi muerte, como tu fuiste asistido por Jesús y María, para unirnos un día en el Cielo y allí honrarte por toda la eternidad. Amén.
3 Glorias
II
Oh Glorioso Patriarca San José, postrado, delante de ti y de tu Divino Hijo, Jesús, te ofrezco, con sincera devoción, este precioso conjunto de oraciones, en recuerdo de las numerosas virtudes que adornan tu sagrada Persona. En ti, se cumplió el sueño del primer José, aquél del antiguo testamento, que fue una anticipación de tu figura. De hecho, no sólo te ha rodeado de los rayos del Sol Divino, Jesús, sino que también te aclaró en la brillante luz de la luna mística, María.
Oh Glorioso Patriarca, si el ejemplo del anciano Jacob, quien fue personalmente a felicitar a su hijo predilecto, quien fue exaltado en el trono de Egipto, sirvió para traer a todos sus descendientes allí, acaso, ¿No deben el ejemplo de Jesús y María, que te honran con respeto y confianza, enseñarme a ir con mis súplicas a ti, yo, tu fiel devoto, que me presento con este Manto precioso en tu honor? Oh gran Santo, que el Señor me dirija sobre mí una mirada de benevolencia. Y como el José de Egipto, no rechazó sus hermanos culpables, sino más bien los acepto con amor y protección y los salvó del hambre y la muerte, te lo suplico, Oh Glorioso Patriarca, a través de tu intercesión, haz que el Señor nunca me abandone en este exilio de valle de dolores. Consígueme la Gracia de conservarme siempre entre tus fieles devotos, que viven tranquilos y seguros, bajo el Manto de tu patrocinio. Este, tu protección, lo quiero para todos los días de mi vida y sobre todo en el momento en que respire mi último aliento. Amén
3 Glorias
III
Yo te saludo oh Glorioso San José, tú que estás encargado de invaluables tesoros del Cielo y la Tierra y eres el Padre adoptivo de Aquel que nutren a todas las criaturas del universo. Tú eres, después de María, el santo más digno de nuestro amor y devoción. Tú solo, por encima de todos los Santos, has sido elegido para ese honor supremo de la crianza, orientación, de alimentar e incluso abrazar al Mesías, a quien tantos reyes y profetas habrían deseado mirar. San José, salva mi alma y obtén para mí de la Divina Misericordia de Dios la petición que te ruego humildemente (expresamos con palabras claras y directas la petición que le dirigimos con la aclaración final: “siempre que ello no sea contrario a mi santidad o la santidad de aquellos por quien te pido”). Y para las almas del Purgatorio, concédeles un gran alivio en su dolor.
3 Glorias
IV
Oh poderoso San José, tú fuiste proclamado patrono de la Iglesia Universal, por lo tanto, yo pido tu auxilio, por encima de todos los otros Santos, como el mayor protector de los afligidos, y ofrezco incontables bendiciones a tu generoso corazón , siempre dispuesto a ayudar en cualquier necesidad.
A ti, oh Glorioso San José, vienen las viudas, los huérfanos, los abandonados, los afligidos, los oprimidos. No hay dolor, angustia o agonía que no has consolado. Dígnate, te ruego, utilizar en mi nombre los dones que Dios te ha dado, hasta que a mí también me concedas la respuesta a mi petición y que las almas benditas del purgatorio, recen a San José por mí.
3 Glorias
V
Innumerables son aquellos que han rezado a ti antes que yo y han recibido consuelo y paz, gracias y favores. Mi corazón, tan triste y doloroso, no puede encontrar reposo en medio de esta prueba que me acosa. Oh Glorioso San José, tú sabes todas mis necesidades, incluso antes de que las pronuncie en la oración. Tú sabes lo importante que esta petición es para mí. Me postro ante ti mientras suspiro bajo el peso del problema que se enfrenta a mí.
No hay corazón humano en el cual puedo confiar mi dolor, y aunque me encuentre a un ser compasivo que estaría dispuesto a asistirme, todavía no podría ayudarme. Sólo tú puedes ayudarme en mi dolor, San José, y te ruego oigas mi súplica.
Acaso no ha dejado Santa Teresa escrito en sus diálogos que el mundo debe siempre saber: “Todo lo que pidáis de San José, lo recibiréis.”
Oh San José, consolador de los afligidos, ten piedad de mi tristeza y compadécete de las pobres almas que ponen en ti tanta esperanza en sus oraciones.
3 Glorias
VI
Oh Sublime Patriarca San José, a causa de tu perfecta obediencia a Dios, interceder por mí.
Por tu santa vida llena de gracia y de méritos, oye mi oración.
Por tu nombre dulcísimo, ayúdeme.
Por tus lágrimas santísimas, confórtame.
Para tu siete dolores, intercede por mí.
Por tus siete alegrías, consuélame.
De todo mal del cuerpo y del alma, líbrame.
De todos los peligros y desastres, sálvame.
Ayúdame con tu poderosa intercesión y obtenme, por tu poder y misericordia, todo lo necesario para mi salvación y en particular el favor (expresamos con palabras claras y directas la petición que le dirigimos con la aclaración final: “siempre que ello no sea contrario a mi santidad o la santidad de aquellos por quien te pido”) que ahora te presento con gran necesidad.
3 Glorias
VII
Oh Glorioso San José, son innumerables las gracias y favores que has obtenido para las almas afligidas. Asistes a los Enfermos de cualquier naturaleza, ayudas a los oprimidos, perseguidos, traicionados, privado de todo consuelo humano, incluso aquellos que necesitan del pan de vida, todos los que implora tu poderosa intercesión son consolados en su aflicción.
Oh querido San José, no permita que yo sea el único de todos los que han apelado a ti, a quien niegues esta petición que yo tan ardientemente te suplico. Demuéstrame incluso a mí, tu bondad y generosidad, para que pueda gritar en acción de gracias, “¡Gloria eterna a nuestro Santo Patriarca San José, mi gran protector en la Tierra y el defensor de las Almas Santas en el Purgatorio.”
3 Glorias
VIII
Eterno Padre, que estás en el cielo, por los méritos de Jesús y María, te ruego me concedas mi petición. En el nombre de Jesús y María, me postro ante tu presencia Divina y te ruego que aceptes mi súplica llenas de esperanzas para perseverar en la oración para que pueda ser contado entre la multitud de aquellos que viven bajo el protección de San José.
Extiende tu bendición sobre este precioso tesoro de las oraciones que ofrezco hoy a él como prenda de mi devoción.
3 Glorias
IX
Súplicas en honor de la vida oculta de San José con Jesús y María:
San José, ruega para que Jesús pueda entrar en mi alma y me santifique.
San José, ruega para que Jesús pueda entrar en mi corazón e inspirarme con la caridad.
San José, ruega para que Jesús pueda entrar en mi mente y me ilumine.
San José, ruega para que Jesús pueda guiar mi voluntad y la refuerce.
San José, ruega para que Jesús pueda dirigir mis pensamientos y purificarlos.
San José, ruega para que Jesús pueda guiar mis deseos y dirigirlos.
San José, ruega para que Jesús pueda mirar mis acciones y extienda sobre mi sus bendiciones.
San José, ruega para que Jesús me inflame de amor por él.
San José, solicita de mi parte a Jesús la imitación de tus virtudes.
San José, pide de mi parte a Jesús un verdadero espíritu de humildad .
San José, pide de mi parte a Jesús mansedumbre de corazón.
San José, pide de mi parte a Jesús la paz del alma.
San José, pide de mi parte a Jesús el santo temor del Señor.
San José, pide de mi parte a Jesús un deseo de perfección.
San José, pide de mi parte a Jesús una dulzura de corazón.
San José, pide de mi parte a Jesús un corazón puro y caritativo.
San José, pide de mi parte a Jesús la sabiduría de la fe.
San José, pide de mi parte a Jesús su bendición de la perseverancia de mis buenas obras.
San José, pide de mi parte a Jesús la fuerza para llevar mis cruces.
San José, pide de mi parte a Jesús el desprecio por los bienes materiales de este mundo.
San José, pide de mi parte a Jesús la gracia de caminar siempre en el camino angosto hacia el Cielo.
San José, pide de mi parte a Jesús la gracia de evitar toda ocasión de pecado.
San José, pide de mi parte a Jesús un deseo santo de la felicidad eterna.
San José, pide de mi parte a Jesús la gracia de la perseverancia final.
San José, no me abandones.
San José, ruega que mi corazón nunca deje de amarte y que mis labios nunca dejen jamás de elogiarte.
San José, por el amor que le tienes a Jesús, haz que yo pueda aprender a amarlo.
San José, amablemente acéptame como tu fiel devoto.
San José, yo me entrego a ti, acepta mis ruegos y escucha mi oración.
San José, no me abandones en la hora de mi muerte.
Jesús, María y José, yo les doy mi corazón y mi alma.
3 Glorias
X
Invocaciones a San José
Acuérdate, oh purísimo esposo de María y mi amadísimo guardián, San José, que jamás se ha oído decir que alguno de los que han implorado tu protección y pedido tu ayuda, ha sido dejado sin consuelo. Animado con esta confianza, acudo a ti con todo el fervor de mi espíritu, me encomiendo a ti. No desprecies mi súplica, oh Padre Adoptivo del Salvador, antes bien, dígnate recibirla favorablemente y concedérmela. Amén.
3 Glorias
XI
Glorioso San José, esposo de la Santísima Virgen María y virginal padre de Jesús, guárdame y vela por mí, llévame por el camino de la gracia santificante, presta atención a las necesidades urgentes que ahora te pido que envuelvas dentro de los pliegues de tu manto paternal. Aparta de mí, los obstáculos y las dificultades que se encuentran en el camino de mi oración y concede que la feliz respuesta a mi petición puede servir para la mayor gloria de Dios y mi salvación eterna.
Como prenda de mi eterna gratitud, me comprometo a difundir la noticia de tu gloria, mientras que dar gracias al Señor por tener tanta bendición de tu poder y maravillas en el Cielo y la Tierra. ¡Amen!
3 Glorias
XII
Letanías de San José:
Señor, ten misericordia de nosotros
Cristo, ten misericordia de nosotros.
Señor, ten misericordia de nosotros.
Cristo óyenos.
Cristo escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
Santa María, ruega por nosotros.
San José, ruega por nosotros.
Ilustre descendiente de David, ruega por nosotros.
Luz de los Patriarcas, ruega por nosotros.
Esposo de la Madre de Dios, ruega por nosotros.
Casto guardián de la Virgen, ruega por nosotros.
Padre nutricio del Hijo de Dios, ruega por nosotros.
Celoso defensor de Cristo, ruega por nosotros.
Jefe de la Sagrada Familia, ruega por nosotros.
José, justísimo, ruega por nosotros.
José, castísimo, ruega por nosotros.
José, prudentísimo, ruega por nosotros.
José, valentísimo, ruega por nosotros.
José, fidelísimo, ruega por nosotros.
Espejo de paciencia, ruega por nosotros.
Amante de la pobreza, ruega por nosotros.
Modelo de trabajadores, ruega por nosotros.
Gloria de la vida doméstica, ruega por nosotros.
Custodio de Vírgenes, ruega por nosotros.
Sostén de las familias, ruega por nosotros.
Consuelo de los desgraciados, ruega por nosotros.
Esperanza de los enfermos, ruega por nosotros.
Patrón de los moribundos, ruega por nosotros.
Terror de los demonios, ruega por nosotros.
Protector de la Santa Iglesia, ruega por nosotros.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos, Señor,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros.
Le estableció señor de su casa.
Y jefe de toda su hacienda.
Oremos: Oh Dios, que en tu inefable providencia, te dignaste elegir a San José por Esposo de tu Santísima Madre: concédenos, te rogamos, que merezcamos tener por intercesor en el cielo al que veneramos como protector en la tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
3 Glorias
Oremos
XIII
Oh Dios, que en tu inefable providencia, te dignaste elegir a San José por Esposo de tu Santísima Madre: concédenos, te rogamos, que merezcamos tener por intercesor en el cielo al que veneramos como protector en la tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
3 Glorias
Oración final al Santo Manto:
Oh Glorioso Patriarca San José, tú que fuiste elegido por Dios por encima de todos los hombres para ser la cabeza terrenal de la más santa de las familias, te ruego que me aceptes en los pliegues de tu manto sagrado, que llegues a ser el guardián y custodio de mi alma.
A partir de este momento, yo te elijo como mi padre, mi protector, mi consejero, mi Santo Patrón y te ruego que custodies mi cuerpo, mi alma, todo lo que soy, todo lo que poseo, mi vida y mi muerte.
Mírame como uno de tus hijos; defiéndeme de la traición de mis enemigos, invisible o visibles, ayúdame en todo momento en todas mis necesidades, consuélame en las amarguras de mi vida, y especialmente a la hora de mi muerte. Di tan solo una palabra a mí favor al Divino Redentor a quien tú fuiste considerado digno de sostenerlo en tus brazos, y ser digno de la Santísima Virgen María, tu castísima esposa.
Pide para mí las bendiciones que me llevarán a la salvación. Inclúyeme dentro de los más queridos por ti y yo te demostraré que soy digno de tu especial amparo. Amén.
Jesús, María y José, les doy mi corazón y mi alma.
(Se reza 3 Glorias a la Santísima Trinidad, dándole gracias por haber levantado a San José a una dignidad excepcional)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era un principio por los siglos de los siglos. Amén
I
Oh Glorioso Patriarca San José, aquí estoy yo, humildemente postrado ante ti. Te ofrezco este Manto precioso, mientras que prometo mis más sincera y fiel devoción. Todo aquello que yo pueda hacer para honrarte a lo largo de mi vida, me propongo hacerlo para probar mi amor por ti.
Ayúdame, San José. Asísteme ahora y durante toda mi vida, pero especialmente en el momento de mi muerte, como tu fuiste asistido por Jesús y María, para unirnos un día en el Cielo y allí honrarte por toda la eternidad. Amén.
3 Glorias
II
Oh Glorioso Patriarca San José, postrado, delante de ti y de tu Divino Hijo, Jesús, te ofrezco, con sincera devoción, este precioso conjunto de oraciones, en recuerdo de las numerosas virtudes que adornan tu sagrada Persona. En ti, se cumplió el sueño del primer José, aquél del antiguo testamento, que fue una anticipación de tu figura. De hecho, no sólo te ha rodeado de los rayos del Sol Divino, Jesús, sino que también te aclaró en la brillante luz de la luna mística, María.
Oh Glorioso Patriarca, si el ejemplo del anciano Jacob, quien fue personalmente a felicitar a su hijo predilecto, quien fue exaltado en el trono de Egipto, sirvió para traer a todos sus descendientes allí, acaso, ¿No deben el ejemplo de Jesús y María, que te honran con respeto y confianza, enseñarme a ir con mis súplicas a ti, yo, tu fiel devoto, que me presento con este Manto precioso en tu honor? Oh gran Santo, que el Señor me dirija sobre mí una mirada de benevolencia. Y como el José de Egipto, no rechazó sus hermanos culpables, sino más bien los acepto con amor y protección y los salvó del hambre y la muerte, te lo suplico, Oh Glorioso Patriarca, a través de tu intercesión, haz que el Señor nunca me abandone en este exilio de valle de dolores. Consígueme la Gracia de conservarme siempre entre tus fieles devotos, que viven tranquilos y seguros, bajo el Manto de tu patrocinio. Este, tu protección, lo quiero para todos los días de mi vida y sobre todo en el momento en que respire mi último aliento. Amén
3 Glorias
III
Yo te saludo oh Glorioso San José, tú que estás encargado de invaluables tesoros del Cielo y la Tierra y eres el Padre adoptivo de Aquel que nutren a todas las criaturas del universo. Tú eres, después de María, el santo más digno de nuestro amor y devoción. Tú solo, por encima de todos los Santos, has sido elegido para ese honor supremo de la crianza, orientación, de alimentar e incluso abrazar al Mesías, a quien tantos reyes y profetas habrían deseado mirar. San José, salva mi alma y obtén para mí de la Divina Misericordia de Dios la petición que te ruego humildemente (expresamos con palabras claras y directas la petición que le dirigimos con la aclaración final: “siempre que ello no sea contrario a mi santidad o la santidad de aquellos por quien te pido”). Y para las almas del Purgatorio, concédeles un gran alivio en su dolor.
3 Glorias
IV
Oh poderoso San José, tú fuiste proclamado patrono de la Iglesia Universal, por lo tanto, yo pido tu auxilio, por encima de todos los otros Santos, como el mayor protector de los afligidos, y ofrezco incontables bendiciones a tu generoso corazón , siempre dispuesto a ayudar en cualquier necesidad.
A ti, oh Glorioso San José, vienen las viudas, los huérfanos, los abandonados, los afligidos, los oprimidos. No hay dolor, angustia o agonía que no has consolado. Dígnate, te ruego, utilizar en mi nombre los dones que Dios te ha dado, hasta que a mí también me concedas la respuesta a mi petición y que las almas benditas del purgatorio, recen a San José por mí.
3 Glorias
V
Innumerables son aquellos que han rezado a ti antes que yo y han recibido consuelo y paz, gracias y favores. Mi corazón, tan triste y doloroso, no puede encontrar reposo en medio de esta prueba que me acosa. Oh Glorioso San José, tú sabes todas mis necesidades, incluso antes de que las pronuncie en la oración. Tú sabes lo importante que esta petición es para mí. Me postro ante ti mientras suspiro bajo el peso del problema que se enfrenta a mí.
No hay corazón humano en el cual puedo confiar mi dolor, y aunque me encuentre a un ser compasivo que estaría dispuesto a asistirme, todavía no podría ayudarme. Sólo tú puedes ayudarme en mi dolor, San José, y te ruego oigas mi súplica.
Acaso no ha dejado Santa Teresa escrito en sus diálogos que el mundo debe siempre saber: “Todo lo que pidáis de San José, lo recibiréis.”
Oh San José, consolador de los afligidos, ten piedad de mi tristeza y compadécete de las pobres almas que ponen en ti tanta esperanza en sus oraciones.
3 Glorias
VI
Oh Sublime Patriarca San José, a causa de tu perfecta obediencia a Dios, interceder por mí.
Por tu santa vida llena de gracia y de méritos, oye mi oración.
Por tu nombre dulcísimo, ayúdeme.
Por tus lágrimas santísimas, confórtame.
Para tu siete dolores, intercede por mí.
Por tus siete alegrías, consuélame.
De todo mal del cuerpo y del alma, líbrame.
De todos los peligros y desastres, sálvame.
Ayúdame con tu poderosa intercesión y obtenme, por tu poder y misericordia, todo lo necesario para mi salvación y en particular el favor (expresamos con palabras claras y directas la petición que le dirigimos con la aclaración final: “siempre que ello no sea contrario a mi santidad o la santidad de aquellos por quien te pido”) que ahora te presento con gran necesidad.
3 Glorias
VII
Oh Glorioso San José, son innumerables las gracias y favores que has obtenido para las almas afligidas. Asistes a los Enfermos de cualquier naturaleza, ayudas a los oprimidos, perseguidos, traicionados, privado de todo consuelo humano, incluso aquellos que necesitan del pan de vida, todos los que implora tu poderosa intercesión son consolados en su aflicción.
Oh querido San José, no permita que yo sea el único de todos los que han apelado a ti, a quien niegues esta petición que yo tan ardientemente te suplico. Demuéstrame incluso a mí, tu bondad y generosidad, para que pueda gritar en acción de gracias, “¡Gloria eterna a nuestro Santo Patriarca San José, mi gran protector en la Tierra y el defensor de las Almas Santas en el Purgatorio.”
3 Glorias
VIII
Eterno Padre, que estás en el cielo, por los méritos de Jesús y María, te ruego me concedas mi petición. En el nombre de Jesús y María, me postro ante tu presencia Divina y te ruego que aceptes mi súplica llenas de esperanzas para perseverar en la oración para que pueda ser contado entre la multitud de aquellos que viven bajo el protección de San José.
Extiende tu bendición sobre este precioso tesoro de las oraciones que ofrezco hoy a él como prenda de mi devoción.
3 Glorias
IX
Súplicas en honor de la vida oculta de San José con Jesús y María:
San José, ruega para que Jesús pueda entrar en mi alma y me santifique.
San José, ruega para que Jesús pueda entrar en mi corazón e inspirarme con la caridad.
San José, ruega para que Jesús pueda entrar en mi mente y me ilumine.
San José, ruega para que Jesús pueda guiar mi voluntad y la refuerce.
San José, ruega para que Jesús pueda dirigir mis pensamientos y purificarlos.
San José, ruega para que Jesús pueda guiar mis deseos y dirigirlos.
San José, ruega para que Jesús pueda mirar mis acciones y extienda sobre mi sus bendiciones.
San José, ruega para que Jesús me inflame de amor por él.
San José, solicita de mi parte a Jesús la imitación de tus virtudes.
San José, pide de mi parte a Jesús un verdadero espíritu de humildad .
San José, pide de mi parte a Jesús mansedumbre de corazón.
San José, pide de mi parte a Jesús la paz del alma.
San José, pide de mi parte a Jesús el santo temor del Señor.
San José, pide de mi parte a Jesús un deseo de perfección.
San José, pide de mi parte a Jesús una dulzura de corazón.
San José, pide de mi parte a Jesús un corazón puro y caritativo.
San José, pide de mi parte a Jesús la sabiduría de la fe.
San José, pide de mi parte a Jesús su bendición de la perseverancia de mis buenas obras.
San José, pide de mi parte a Jesús la fuerza para llevar mis cruces.
San José, pide de mi parte a Jesús el desprecio por los bienes materiales de este mundo.
San José, pide de mi parte a Jesús la gracia de caminar siempre en el camino angosto hacia el Cielo.
San José, pide de mi parte a Jesús la gracia de evitar toda ocasión de pecado.
San José, pide de mi parte a Jesús un deseo santo de la felicidad eterna.
San José, pide de mi parte a Jesús la gracia de la perseverancia final.
San José, no me abandones.
San José, ruega que mi corazón nunca deje de amarte y que mis labios nunca dejen jamás de elogiarte.
San José, por el amor que le tienes a Jesús, haz que yo pueda aprender a amarlo.
San José, amablemente acéptame como tu fiel devoto.
San José, yo me entrego a ti, acepta mis ruegos y escucha mi oración.
San José, no me abandones en la hora de mi muerte.
Jesús, María y José, yo les doy mi corazón y mi alma.
3 Glorias
X
Invocaciones a San José
Acuérdate, oh purísimo esposo de María y mi amadísimo guardián, San José, que jamás se ha oído decir que alguno de los que han implorado tu protección y pedido tu ayuda, ha sido dejado sin consuelo. Animado con esta confianza, acudo a ti con todo el fervor de mi espíritu, me encomiendo a ti. No desprecies mi súplica, oh Padre Adoptivo del Salvador, antes bien, dígnate recibirla favorablemente y concedérmela. Amén.
3 Glorias
XI
Glorioso San José, esposo de la Santísima Virgen María y virginal padre de Jesús, guárdame y vela por mí, llévame por el camino de la gracia santificante, presta atención a las necesidades urgentes que ahora te pido que envuelvas dentro de los pliegues de tu manto paternal. Aparta de mí, los obstáculos y las dificultades que se encuentran en el camino de mi oración y concede que la feliz respuesta a mi petición puede servir para la mayor gloria de Dios y mi salvación eterna.
Como prenda de mi eterna gratitud, me comprometo a difundir la noticia de tu gloria, mientras que dar gracias al Señor por tener tanta bendición de tu poder y maravillas en el Cielo y la Tierra. ¡Amen!
3 Glorias
XII
Letanías de San José:
Señor, ten misericordia de nosotros
Cristo, ten misericordia de nosotros.
Señor, ten misericordia de nosotros.
Cristo óyenos.
Cristo escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
Santa María, ruega por nosotros.
San José, ruega por nosotros.
Ilustre descendiente de David, ruega por nosotros.
Luz de los Patriarcas, ruega por nosotros.
Esposo de la Madre de Dios, ruega por nosotros.
Casto guardián de la Virgen, ruega por nosotros.
Padre nutricio del Hijo de Dios, ruega por nosotros.
Celoso defensor de Cristo, ruega por nosotros.
Jefe de la Sagrada Familia, ruega por nosotros.
José, justísimo, ruega por nosotros.
José, castísimo, ruega por nosotros.
José, prudentísimo, ruega por nosotros.
José, valentísimo, ruega por nosotros.
José, fidelísimo, ruega por nosotros.
Espejo de paciencia, ruega por nosotros.
Amante de la pobreza, ruega por nosotros.
Modelo de trabajadores, ruega por nosotros.
Gloria de la vida doméstica, ruega por nosotros.
Custodio de Vírgenes, ruega por nosotros.
Sostén de las familias, ruega por nosotros.
Consuelo de los desgraciados, ruega por nosotros.
Esperanza de los enfermos, ruega por nosotros.
Patrón de los moribundos, ruega por nosotros.
Terror de los demonios, ruega por nosotros.
Protector de la Santa Iglesia, ruega por nosotros.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos, Señor,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros.
Le estableció señor de su casa.
Y jefe de toda su hacienda.
Oremos: Oh Dios, que en tu inefable providencia, te dignaste elegir a San José por Esposo de tu Santísima Madre: concédenos, te rogamos, que merezcamos tener por intercesor en el cielo al que veneramos como protector en la tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
3 Glorias
Oremos
XIII
Oh Dios, que en tu inefable providencia, te dignaste elegir a San José por Esposo de tu Santísima Madre: concédenos, te rogamos, que merezcamos tener por intercesor en el cielo al que veneramos como protector en la tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
3 Glorias
Oración final al Santo Manto:
Oh Glorioso Patriarca San José, tú que fuiste elegido por Dios por encima de todos los hombres para ser la cabeza terrenal de la más santa de las familias, te ruego que me aceptes en los pliegues de tu manto sagrado, que llegues a ser el guardián y custodio de mi alma.
A partir de este momento, yo te elijo como mi padre, mi protector, mi consejero, mi Santo Patrón y te ruego que custodies mi cuerpo, mi alma, todo lo que soy, todo lo que poseo, mi vida y mi muerte.
Mírame como uno de tus hijos; defiéndeme de la traición de mis enemigos, invisible o visibles, ayúdame en todo momento en todas mis necesidades, consuélame en las amarguras de mi vida, y especialmente a la hora de mi muerte. Di tan solo una palabra a mí favor al Divino Redentor a quien tú fuiste considerado digno de sostenerlo en tus brazos, y ser digno de la Santísima Virgen María, tu castísima esposa.
Pide para mí las bendiciones que me llevarán a la salvación. Inclúyeme dentro de los más queridos por ti y yo te demostraré que soy digno de tu especial amparo. Amén.