Novena de San José
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oh Dios, ven en mi ayuda; Señor, date prisa en ayudarme y no te demores.
Secuencia al Espíritu Santo
¡Ven, Espíritu Santo, ven! ¡Y desde tu hogar celestial derrama un rayo de luz divina! ¡Ven, Padre de los pobres! ¡Ven fuente de toda nuestra tienda! Ven, brilla dentro de nuestros pechos. Tú, el mejor de los consoladores; Tú, el invitado más bienvenido del alma; dulce refresco aquí abajo; en nuestro trabajo descansa dulcemente; frescor agradecido en el calor; consuelo en medio de la aflicción. Oh bendita Luz divina, brilla dentro de estos corazones tuyos. ¡Y nuestro ser más íntimo se llena! Donde no estás, no tenemos nada, nada bueno en hechos o pensamientos, nada libre de la mancha del mal. Sana nuestras heridas, renueva nuestras fuerzas; sobre nuestra sequedad derrama tu rocío; lava la mancha de la culpa: dobla el corazón y la voluntad obstinados; derretir lo congelado, calentar el frío; guía los pasos que van por mal camino. Sobre los fieles, que te adoran y te confiesan, desciende siempre en tu séptuple don; da a las virtudes una recompensa segura; dales tu salvación, Señor; dales una alegría que nunca termina. Amén. Aleluya
El Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre, Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos, al tercer día resucitó entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso. Desde allí vendrá a juzgar a vivos y a muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida perdurable. Amén.
Oración a San José del Papa León XIII
A ti, bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulación; y después de invocar el auxilio de tu Santísima Esposa solicitamos también confiados tu patrocinio. Por aquella caridad que con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, te tuvo unido, y por el paterno amor con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente te suplicamos vuelvas benigno los ojos a la herencia que con su Sangre adquirió Jesucristo, y con tu poder y auxilio socorras nuestras necesidades.
Protege, Providentísimo Custodio de la Sagrada Familia la escogida descendencia de Jesucristo; aparta de nosotros toda mancha de error y corrupción; asístenos propicio, desde el cielo, fortísimo libertador nuestro, en esta lucha con el poder de las tinieblas: y, como en otro tiempo librasteis al Niño Jesús del inminente peligro de la vida, así ahora, defiende a la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, ya cada uno de nosotros protégenos con el perpetuo patrocinio, para que, a tu ejemplo y sostenidos por tu auxilio, podamos santamente vivir y piadosamente morir y alcanzar en el cielo la eterna felicidad. Amén.
Ave José
Ave José, hijo de David, hombre justo y virginal, la Sabiduría está contigo, bendito tú eres entre todos los hombres y bendito es Jesús, el fruto de María, tu fiel esposa.
San José, digno Padre, Protector de Jesucristo y de la Santa Iglesia, ruega por nosotros pecadores y obtennos de Dios la Divina Sabiduría, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
1 - San José, mi protector y abogado, me dirijo a ti para suplicarme la gracia que me ves suplicar ante ti. Reconozco que los dolores y amarguras presentes que siento son los castigos justos por mis pecados. Reconociendo que soy culpable, ¿debería, por esta razón, perder la esperanza de ser ayudado por el Señor?
"¡Ah! No - responde tu gran devota Santa Teresa - no, claro, oh pobres pecadores. Pide la eficaz intercesión de San José; acude a Él con verdadera fe y ciertamente serás escuchado en tus peticiones".
Vengo a tu presencia con mucha confianza e imploro misericordia y compasión. Como puedas, oh San José, socorreme en mis pruebas. Complementa lo que me falta y, tan poderoso como eres, obtén para mí por tu piadosa intercesión la gracia que te suplico. Que vuelva a tu altar en homenaje a mi gratitud.
(pausa para pedir la gracia que necesitas)
Padre Nuestro, Ave José, Gloria.
2 - No olvides, misericordioso San José, que nadie que ha acudido a ti ha quedado defraudado en la fe y la esperanza en ti. Innumerables son las gracias que has obtenido por las almas afligidas. Los enfermos, los oprimidos, los calumniados, los traicionados, los abandonados, al recurrir a tu protección real, se han cumplido en sus súplicas. No permitas, oh gran Santo, que yo sea el único, entre muchos, que se quede sin tu consuelo. Muéstrame también tu bondad y generosidad, y yo en acción de gracias exaltaré la bondad y la misericordia de Dios.
Padre Nuestro, Ave José, Gloria.
3 - Oh San José, cabeza de la Sagrada Familia, te honro. Has dado consuelo y gracias a los afligidos que habían orado antes que yo. Dígnate, por tanto, consolar también mi alma afligida. Tú, santo sabio, conoces todas mis necesidades antes de que te las presente en oración. Por eso, sabes cuánto necesito la gracia que te pido. Ningún corazón humano puede consolarme; y por eso espero ser consolado por ti. Obtén para mí la gracia que con tanta insistencia te pido, y te prometo difundir tu devoción, para ayudar y apoyar siempre las obras que en tu nombre surgen para el alivio de tantas almas infelices y pobres moribundas. ¡Oh San José, consolador de los afligidos, ten piedad de mi dolor!
Padre Nuestro, Ave José, Gloria.
Oraciones a la Santísima Trinidad
Padre Eterno Celestial, por el amor que tuviste por San José, elegido de entre todos los que te representan en la Tierra, ten piedad de mí.
Padre Nuestro, Ave José, Gloria.
Hijo Eterno Divino, por el amor que tuviste a San José, tu fiel guardián en la tierra, ten piedad de mí.
Padre Nuestro, Ave José, Gloria.
Espíritu divino eterno, por el amor que tuviste a San José, que con mucha solicitud pronta guardó y cuidó a María Santísima, su fiel Esposa, ten piedad de mí.
Padre Nuestro, Ave José, Gloria.
Súplica a San José
Oh santo poderoso, por tu más perfecta obediencia a Dios, ten piedad de mí
Por tu santa vida llena de méritos, escucha mis oraciones
Por tu poderoso nombre, ayúdame
Por tu corazón misericordioso, ayúdame
Por tus santas lágrimas, consuélame
Por tus dolores, ten piedad de mi
Por tus alegrías, consuela mi corazón
De todo mal de alma y cuerpo, libérame
De todos los peligros y desastres, sálvame
San José, escucha mi oración
San José, respóndeme
San José, ten piedad de mí
Ayúdame con tu santa protección y, en tu misericordia y poder, ayúdame en todas mis necesidades, pero sobre todo obtén para mí la gracia particular que necesito. Obtén también para las almas santas del Purgatorio, la pronta liberación de sus dolores.
Padre Nuestro, Ave José, Gloria.
Letanías de San José
Señor, ten misericordia de nosotros
Cristo, ten misericordia de nosotros
Señor, ten misericordia de nosotros. Cristo óyenos.
Cristo, escúchanos
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros
Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros
Santa María, ruega por nosotros
San José, ruega por nosotros
Ilustre descendiente de David, ruega por nosotros
Luz de los Patriarcas, ruega por nosotros
Esposo de la Madre de Dios, ruega por nosotros
Casto guardián de la Virgen, ruega por nosotros
Padre nutricio del Hijo de Dios, ruega por nosotros
Celoso defensor de Cristo, ruega por nosotros
Jefe de la Sagrada Familia, ruega por nosotros
José, justísimo, ruega por nosotros
José, castísimo, ruega por nosotros
José, prudentísimo, ruega por nosotros
José, valentísimo, ruega por nosotros
José, fidelísimo, ruega por nosotros
Espejo de paciencia, ruega por nosotros
Amante de la pobreza, ruega por nosotros
Modelo de trabajadores, ruega por nosotros
Gloria de la vida doméstica, ruega por nosotros
Custodio de Vírgenes, ruega por nosotros
Sostén de las familias, ruega por nosotros
Consuelo de los desgraciados, ruega por nosotros
Esperanza de los enfermos, ruega por nosotros
Patrón de los moribundos, ruega por nosotros
Terror de los demonios, ruega por nosotros
Protector de la Santa Iglesia, ruega por nosotros
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos, Señor,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros
Oremos:
Oh Padre celestial, aunque nos redimiste con el sacrificio de tu único Hijo amado, ayúdanos a caminar por los caminos de la santidad y la justicia, siguiendo el ejemplo y la intercesión de San José, hombre justo y fiel, que en la plenitud de el tiempo cooperó con el gran misterio de nuestra redención, por Cristo nuestro Señor. Amén.
San José, siervo obediente a la voluntad divina, ayúdanos a comprender la exigencia de la llamada de Dios en nuestra vida diaria; el nuestro sea un “sí” obediente y dócil al Padre para imitar las virtudes de Jesús: mansedumbre y humildad, por Cristo nuestro Señor. Amén.
Consagración al Castísimo Corazón de San José
Castísimo Corazón de San José, protege y defiende a mi familia de todos los males y peligros. Castísimo Corazón de San José, derrama sobre toda la humanidad las gracias y virtudes de tu Castísimo Corazón.
San José, en verdad me encomiendo a ti. Te consagro mi alma y mi cuerpo, mi corazón y toda mi vida.
San José, defiende la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María. Con las gracias de tu Castísimo Corazón, destruye los planes de satanás, bendice a toda la Santa Iglesia, al Papa, a los Obispos y Sacerdotes del mundo entero. Nos entregamos a ti con amor y confianza, ahora y siempre. ¡Amén!
(Entregado por Jesús a Edson Glauber en junio de 1997)
Consagración a los Tres Sagrados Corazones
Sagrado Corazón de Jesús,
Inmaculado Corazón de María
y Corazón Castísimo de San José,
yo os consagro en este día
mi mente (+ en la frente), mis palabras (+ en los labios), mi cuerpo (+ en el pecho), mi corazón (+ debajo del hombro izquierdo) y mi alma (+ debajo del hombro derecho), para que vuestra voluntad se haga a través de mí, en este día. Amén!
Esta consagración se realiza tres veces al día: por la mañana, por la tarde y por la noche. ¡Es importante hacer la señal de la cruz al mismo tiempo que dices las palabras!
(Dado a Edson Glauber el 29 de diciembre de 1996 - Fiesta de la Sagrada Familia)
Oh Dios, ven en mi ayuda; Señor, date prisa en ayudarme y no te demores.
Secuencia al Espíritu Santo
¡Ven, Espíritu Santo, ven! ¡Y desde tu hogar celestial derrama un rayo de luz divina! ¡Ven, Padre de los pobres! ¡Ven fuente de toda nuestra tienda! Ven, brilla dentro de nuestros pechos. Tú, el mejor de los consoladores; Tú, el invitado más bienvenido del alma; dulce refresco aquí abajo; en nuestro trabajo descansa dulcemente; frescor agradecido en el calor; consuelo en medio de la aflicción. Oh bendita Luz divina, brilla dentro de estos corazones tuyos. ¡Y nuestro ser más íntimo se llena! Donde no estás, no tenemos nada, nada bueno en hechos o pensamientos, nada libre de la mancha del mal. Sana nuestras heridas, renueva nuestras fuerzas; sobre nuestra sequedad derrama tu rocío; lava la mancha de la culpa: dobla el corazón y la voluntad obstinados; derretir lo congelado, calentar el frío; guía los pasos que van por mal camino. Sobre los fieles, que te adoran y te confiesan, desciende siempre en tu séptuple don; da a las virtudes una recompensa segura; dales tu salvación, Señor; dales una alegría que nunca termina. Amén. Aleluya
El Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre, Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos, al tercer día resucitó entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso. Desde allí vendrá a juzgar a vivos y a muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida perdurable. Amén.
Oración a San José del Papa León XIII
A ti, bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulación; y después de invocar el auxilio de tu Santísima Esposa solicitamos también confiados tu patrocinio. Por aquella caridad que con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, te tuvo unido, y por el paterno amor con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente te suplicamos vuelvas benigno los ojos a la herencia que con su Sangre adquirió Jesucristo, y con tu poder y auxilio socorras nuestras necesidades.
Protege, Providentísimo Custodio de la Sagrada Familia la escogida descendencia de Jesucristo; aparta de nosotros toda mancha de error y corrupción; asístenos propicio, desde el cielo, fortísimo libertador nuestro, en esta lucha con el poder de las tinieblas: y, como en otro tiempo librasteis al Niño Jesús del inminente peligro de la vida, así ahora, defiende a la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, ya cada uno de nosotros protégenos con el perpetuo patrocinio, para que, a tu ejemplo y sostenidos por tu auxilio, podamos santamente vivir y piadosamente morir y alcanzar en el cielo la eterna felicidad. Amén.
Ave José
Ave José, hijo de David, hombre justo y virginal, la Sabiduría está contigo, bendito tú eres entre todos los hombres y bendito es Jesús, el fruto de María, tu fiel esposa.
San José, digno Padre, Protector de Jesucristo y de la Santa Iglesia, ruega por nosotros pecadores y obtennos de Dios la Divina Sabiduría, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
1 - San José, mi protector y abogado, me dirijo a ti para suplicarme la gracia que me ves suplicar ante ti. Reconozco que los dolores y amarguras presentes que siento son los castigos justos por mis pecados. Reconociendo que soy culpable, ¿debería, por esta razón, perder la esperanza de ser ayudado por el Señor?
"¡Ah! No - responde tu gran devota Santa Teresa - no, claro, oh pobres pecadores. Pide la eficaz intercesión de San José; acude a Él con verdadera fe y ciertamente serás escuchado en tus peticiones".
Vengo a tu presencia con mucha confianza e imploro misericordia y compasión. Como puedas, oh San José, socorreme en mis pruebas. Complementa lo que me falta y, tan poderoso como eres, obtén para mí por tu piadosa intercesión la gracia que te suplico. Que vuelva a tu altar en homenaje a mi gratitud.
(pausa para pedir la gracia que necesitas)
Padre Nuestro, Ave José, Gloria.
2 - No olvides, misericordioso San José, que nadie que ha acudido a ti ha quedado defraudado en la fe y la esperanza en ti. Innumerables son las gracias que has obtenido por las almas afligidas. Los enfermos, los oprimidos, los calumniados, los traicionados, los abandonados, al recurrir a tu protección real, se han cumplido en sus súplicas. No permitas, oh gran Santo, que yo sea el único, entre muchos, que se quede sin tu consuelo. Muéstrame también tu bondad y generosidad, y yo en acción de gracias exaltaré la bondad y la misericordia de Dios.
Padre Nuestro, Ave José, Gloria.
3 - Oh San José, cabeza de la Sagrada Familia, te honro. Has dado consuelo y gracias a los afligidos que habían orado antes que yo. Dígnate, por tanto, consolar también mi alma afligida. Tú, santo sabio, conoces todas mis necesidades antes de que te las presente en oración. Por eso, sabes cuánto necesito la gracia que te pido. Ningún corazón humano puede consolarme; y por eso espero ser consolado por ti. Obtén para mí la gracia que con tanta insistencia te pido, y te prometo difundir tu devoción, para ayudar y apoyar siempre las obras que en tu nombre surgen para el alivio de tantas almas infelices y pobres moribundas. ¡Oh San José, consolador de los afligidos, ten piedad de mi dolor!
Padre Nuestro, Ave José, Gloria.
Oraciones a la Santísima Trinidad
Padre Eterno Celestial, por el amor que tuviste por San José, elegido de entre todos los que te representan en la Tierra, ten piedad de mí.
Padre Nuestro, Ave José, Gloria.
Hijo Eterno Divino, por el amor que tuviste a San José, tu fiel guardián en la tierra, ten piedad de mí.
Padre Nuestro, Ave José, Gloria.
Espíritu divino eterno, por el amor que tuviste a San José, que con mucha solicitud pronta guardó y cuidó a María Santísima, su fiel Esposa, ten piedad de mí.
Padre Nuestro, Ave José, Gloria.
Súplica a San José
Oh santo poderoso, por tu más perfecta obediencia a Dios, ten piedad de mí
Por tu santa vida llena de méritos, escucha mis oraciones
Por tu poderoso nombre, ayúdame
Por tu corazón misericordioso, ayúdame
Por tus santas lágrimas, consuélame
Por tus dolores, ten piedad de mi
Por tus alegrías, consuela mi corazón
De todo mal de alma y cuerpo, libérame
De todos los peligros y desastres, sálvame
San José, escucha mi oración
San José, respóndeme
San José, ten piedad de mí
Ayúdame con tu santa protección y, en tu misericordia y poder, ayúdame en todas mis necesidades, pero sobre todo obtén para mí la gracia particular que necesito. Obtén también para las almas santas del Purgatorio, la pronta liberación de sus dolores.
Padre Nuestro, Ave José, Gloria.
Letanías de San José
Señor, ten misericordia de nosotros
Cristo, ten misericordia de nosotros
Señor, ten misericordia de nosotros. Cristo óyenos.
Cristo, escúchanos
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros
Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros
Santa María, ruega por nosotros
San José, ruega por nosotros
Ilustre descendiente de David, ruega por nosotros
Luz de los Patriarcas, ruega por nosotros
Esposo de la Madre de Dios, ruega por nosotros
Casto guardián de la Virgen, ruega por nosotros
Padre nutricio del Hijo de Dios, ruega por nosotros
Celoso defensor de Cristo, ruega por nosotros
Jefe de la Sagrada Familia, ruega por nosotros
José, justísimo, ruega por nosotros
José, castísimo, ruega por nosotros
José, prudentísimo, ruega por nosotros
José, valentísimo, ruega por nosotros
José, fidelísimo, ruega por nosotros
Espejo de paciencia, ruega por nosotros
Amante de la pobreza, ruega por nosotros
Modelo de trabajadores, ruega por nosotros
Gloria de la vida doméstica, ruega por nosotros
Custodio de Vírgenes, ruega por nosotros
Sostén de las familias, ruega por nosotros
Consuelo de los desgraciados, ruega por nosotros
Esperanza de los enfermos, ruega por nosotros
Patrón de los moribundos, ruega por nosotros
Terror de los demonios, ruega por nosotros
Protector de la Santa Iglesia, ruega por nosotros
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos, Señor,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros
Oremos:
Oh Padre celestial, aunque nos redimiste con el sacrificio de tu único Hijo amado, ayúdanos a caminar por los caminos de la santidad y la justicia, siguiendo el ejemplo y la intercesión de San José, hombre justo y fiel, que en la plenitud de el tiempo cooperó con el gran misterio de nuestra redención, por Cristo nuestro Señor. Amén.
San José, siervo obediente a la voluntad divina, ayúdanos a comprender la exigencia de la llamada de Dios en nuestra vida diaria; el nuestro sea un “sí” obediente y dócil al Padre para imitar las virtudes de Jesús: mansedumbre y humildad, por Cristo nuestro Señor. Amén.
Consagración al Castísimo Corazón de San José
Castísimo Corazón de San José, protege y defiende a mi familia de todos los males y peligros. Castísimo Corazón de San José, derrama sobre toda la humanidad las gracias y virtudes de tu Castísimo Corazón.
San José, en verdad me encomiendo a ti. Te consagro mi alma y mi cuerpo, mi corazón y toda mi vida.
San José, defiende la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María. Con las gracias de tu Castísimo Corazón, destruye los planes de satanás, bendice a toda la Santa Iglesia, al Papa, a los Obispos y Sacerdotes del mundo entero. Nos entregamos a ti con amor y confianza, ahora y siempre. ¡Amén!
(Entregado por Jesús a Edson Glauber en junio de 1997)
Consagración a los Tres Sagrados Corazones
Sagrado Corazón de Jesús,
Inmaculado Corazón de María
y Corazón Castísimo de San José,
yo os consagro en este día
mi mente (+ en la frente), mis palabras (+ en los labios), mi cuerpo (+ en el pecho), mi corazón (+ debajo del hombro izquierdo) y mi alma (+ debajo del hombro derecho), para que vuestra voluntad se haga a través de mí, en este día. Amén!
Esta consagración se realiza tres veces al día: por la mañana, por la tarde y por la noche. ¡Es importante hacer la señal de la cruz al mismo tiempo que dices las palabras!
(Dado a Edson Glauber el 29 de diciembre de 1996 - Fiesta de la Sagrada Familia)