La pedagogía maternal de María
En muchos apariciones, ocurridas a sus confidentes, en Itapiranga, Nuestra Señora usó los medios maternales para llamar la atención de sus hijos, mostrándoles toda su ternura de Madre, para que comprendiesen que ella, siendo la Madre de la humanidad, está siempre cerca todos sus hijos e hijas que necesitan que sus bendiciones y cariños maternos. Varios fueron los medios, que la Virgen utilizó para tocar los corazones de sus hijos que estaban cerrados y fríos, convirtiéndolos a Dios.
- La bendición de los objetos: con este gesto la Virgen ha querido mostrar a sus hijos el respeto que ellos deberían tener con las cosas sagradas relacionadas con Dios: imágenes, rosarios, la Biblia, medallas. Ella mandaba a la gente que elevasen hacia arriba estos objetos sagrados para que ella los bendijera, y los besaba, es decir, significando su bendición maternal sobre los mismo. Con esta su bendición de Madre, Ella quería dar valor a estos objetos. Con este su noble gesto, Ella nunca quiso desvalorizar la bendición dada por los sacerdotes, al contrario, la bendición de los sacerdote es importante, pues siempre es bueno tener imágenes, rosarios y Biblias bendecidos por ellos que bendicen en nombre de la Iglesia.
- El beso en los crucifijos: Nuestra Señora durante algunas apariciones pedía a Edson que elevara el crucifijo para que ciertas personas lo besaran. Con este gesto de amor y cariño, quería conducir a sus hijos a tener un pensamiento en Jesús y a veces, Ella se servía de estos crucifijos para recordarnos siempre la Pasión de su Hijo Jesús, que murió en la cruz para salvarnos del pecado y que siempre debemos estar unidos con Él en el amor. Después de conducir a Edson hasta la persona elegida, ella pedía que él elevara el crucifijo hacia lo alto para darle un beso, y luego pedía a Edson que dirigiese el crucifijo con la mano hasta su hijo o hija indicado por Ella para que hicieran lo mismo, es decir, que lo besarán también.
- La entrega de las rosas: durante las apariciones ocurridas tanto en Manaus como en Itapiranga, Nuestra Señora iba conduciendo a Edson en medio de la multitud, flotando en el aire, sobre la nube. Edson la seguía por donde ella andaba y veía a quien Ella bendecía e indicaba, para que él le entregase rosas bendecidas y besadas por Ella. Algunas eran agraciadas con su cariño especial, recibiendo esta rosas. Este gesto de amor y afecto suyo no significa, en absoluto, que ella amaba algunos más que otros. Lo que Ella realmente quería, era conducir a estas personas a tener un pensamiento en Jesús, inicialmente, haciéndoles que tuvieran confianza en Dios, entregándose a Él por medio de su amor de Madre.
- Recados particulares: otro hecho fueron los recados que la Virgen en el inicio de las apariciones daba a las personas. Ella pidió que Edson transmitiese al oído de la persona durante su aparición su recado o después, cuando la terminaba la misma.
- Los dibujos realizados durante las apariciones: estos dibujos se consideran mensajes particulares que la Madre de Dios ha destinado a la Iglesia y al mundo. Edson durante sus apariciones dibujaba las escenas y visiones de la Virgen le mostraba en el transcurso de las mismas. Fueron varios dibujos retratados por Edson con fidelidad que nos muestran varias escenas de la vida de Jesús, de Nuestra Señora y de San José. Otros nos revelan acontecimientos graves relacionados con la Iglesia, el Amazonas, Brasil y el destino del mundo. Son profecías son enviadas del cielo al mundo por medio de sus apariciones. Algunas ya han tenido pleno cumplimiento y otras están a las puertas de realizarse, como alertó la Virgen varias veces a Edson.
- Los caminatas penitentes: en ciertas apariciones como las ocurridas durante el mes de noviembre de 1997, en Itapiranga, la Virgen conducía a Edson por las zonas de sus apariciones, haciéndole caminar por los lugares más difíciles y escarpados como signo de penitencia por los pecadores y por el mundo. Durante estas caminatas, Ella se detenía a veces en ciertos lugares. En estas paradas repentinas, Edson caía bruscamente de rodillas en el suelo, como señal de respeto a su presencia materna, lo que llamaba la atención de las personas presentes y tocaba en los corazón más endurecidos e incrédulos que quedaban sorprendidos y asustados y por la fuerza de la caída que hacía estallar las rodillas en las piedras sin que nunca se hirieran, les hiciera daño, o se quebraran. Estos caminatas fueron también para los fieles una forma de penitencia, porque muchos tenían que acelerar sus pasos, muchas veces hasta tener que llegar a correr para acompañar al confidente cuando la Virgen lo conducía por el lugar, mientras otros tropezaban, caían por tierra o desistían por no conseguir hacerlo. Otro significado importante era que la Virgen muchas veces menudo iba mostrando a Edson lugares santos, hablando algunas cosas respecto a los mismos, transmitiéndole mensajes particulares. A veces, Ella quería mostrar a sus hijos el respeto que ellos deberían tener por cada lugar específico en que Ella apareció con su Hijo Divino o con San José, donde según la voluntad de Dios será construido un Santuario en su honor y donde su Hijo Divino hará su nombre más conocido y amado en el Amazonas.
- Las canciones enseñadas por la Virgen: en varias ocasiones, la Virgen enseñó diversas canciones a Edson y a Maria do Carmo, particularmente más a Maria do Carmo. Estas canciones son pequeños mensajes donde la Virgen nos hace una llamada a la conversión. Nuestra Señora le dijo a Maria do Carmo que estas canciones suyas irían a tocar los corazones de muchas personas, convirtiéndolas. Estas canciones enseñadas por la Virgen son una novedad en las apariciones marianas. Nuestra Señora nunca dio tantos mensajes en forma de canciones, como ahora en Itapiranga. Los cantos llegan a superar los doscientos, formando una lista que va desde cantos a Jesús, a la Santa Trinidad, peticiones de oración, de conversión y muchos más. Con estos cantos, la Virgen nos enseña cómo deben ser los cantos litúrgicos, las celebraciones y los encuentros de oración, educándonos como debemos alabar y orar al Señor.